19 de marzo de 2014

tripi

Abrazamos todas las sensaciones palpitantes, deformando nuestros cuerpos para poder volverlos a mirar.
Compartimos nuestros colores, reconociendo nuestros gestos. Sin palabras, envueltos en una complicidad enraizada en tonos amarillos anaranjados.
Yo caí danzante en los brazos de Morfeo, acompañándolos desde ahí en sus caminos inefables.